domingo, 26 de octubre de 2008

26 oct 2008 bici carretera. Viladecavalls

Circuit: Corbera-Sant Andreu Barca-Martorell-Olesa de Montserrat-Viladecavalls-Tarrassa-Ullastrell-Martorell-Gelida-Creu Aragall-Corbera


vista panoramica desde Ullastrell



sábado, 25 de octubre de 2008

domingo, 19 de octubre de 2008

sábado, 18 de octubre de 2008

11-12 Octubre 2008 FALSET-LA SENIA




138 KMS 11h30m efectives 12,3 kms/h
i molta aigua











































11 y 12 de octubre de 2008

Otra vez este año, fuimos 15 a la hora de salir. De madrugada, como siempre, con sueño y ganas de pasarlo bien, cargamos las máquinas en el autocar y nos dirigimos a Falset, adonde llegamos a la hora prevista, las 8:30.

Nubes de todos los tamaños, formas y colores… grises nos dieron la bienvenida. La predicción meteorológica era para quedarse en casa, pero no iba con nosotros.

En marcha y encontrado el track, lo cogimos con ganas, pero solamente con unos centenares de metros recorridos alguien se acordó del café… y claro esta… dimos media vuelta a buscar una cafetería, cosa que con el instinto del grupo encontramos en un periquete.

Somos extremadamente rigurosos en la ingesta tanto de líquidos como de sólidos. Unos más que otros, todo se ha de decir! Hay algunos que deben de saltarse comidas los días anteriores a las salidas, no tengo pruebas, pero la certeza… absoluta!

Satisfechos, se ha de decir que con nada lo somos, pedaleamos por caminos entre viñas de lo que será vino del Priorat (14º), siguiendo los equilibrismos de Alexei que no tiene bastante con andar encima de la bici y no para de hacer caballitos (el bestiola y él juntos, hubiera sido excesivo para el ángel de la guardia), hasta el primer y único pinchazo del día que le tocó al xapi (por el que pagará una buena botella de cava, pase el tiempo que pase… nos acordaremos!); como fue la rueda de atrás, y había el equipaje, costó más, y se entretuvieron un buen rato.


Poco después il professore rompió el freno de delante. Con una gomita, de las que lleva la paneke, por si por acaso…, lo arreglaron para continuar hasta Mora y allí solucionarlo.

Cruzamos el Ebro por la vía del tren, y Alexei nos volvió a dejar boquiabiertos tirándose terraplén abajo. (al ángel de la guardia le esperaban dos duras jornadas).


En una tienda de bicicletas arreglaron el freno y con un ritmo más que relajado llegamos a Miravet a comer a las 13:15. Como era pronto (?) tomamos primero unas cervecitas para hacer hambre y poder dar cuenta de la comida con propiedad.

El primer aviso de que la gente quería comer todo lo que tocaba, se dio allí en el restaurante Pizzo. A pesar de que no habíamos gastado casi nada, 40 km. a ritmo cochinero, el personal no perdonó ni postre ni café ni… licores. ¡Ay Xapi! ¡Qué mala es la gula! ¡Que la Marie Brizard no es una tía! -”yo quiero una, yo quiero una”-

La digestión ya no la hicimos al mismo ritmo cansino, hubo que meterle agallas para subir a Pinell de Brai por aquellas rampas empinadas (21-25%) e inacabables, afortunadamente con piso de cemento.

Reagrupados en la cima cogimos la vía verde que nos llevaría a Horta, que en contra de lo que pudimos pensar, hay que pedalearla y más de lo esperado para la tónica de la etapa; aquel 1 o 2% de pendiente constante se hizo farragoso, aunque el paisaje rocoso y asilvestrado, con túneles frecuentes y sin luz, rompía la monotonía y divertía.


Oscureciendo y con 80 km y 1170m+ llegamos a Horta.

Limpios, arregladitos y con puntualidad estábamos sentaditos en la mesa, esperando la cena. Como siempre unos acertaron más que otros con los platos, aunque la comida estuvo decente, abundante y bien regada, especialmente por el vino blanco de la tierra.


En la sobremesa, alegres y saciados, discutiendo la estrategia horaria del día siguiente, y frente a la postura más espartana de unos cuantos de irnos sin desayunar para ganar tiempo, surgió de repente un nuevo líder, uno de esos raros especímenes que no se prodigan en la Historia, (sí en mayúsculas), apareció Berni, levantándose de su silla como impulsado por un resorte, sanguíneo (por la comida, el vino, la copita…) y con una sobreactuación teatral, empezó su discurso apocalíptico:

“…pero que coño era aquello de dejar de desayunar, qué dónde se ha visto, qué dónde iremos a parar, que él no venía a dejar de desayunar, que qué nos habíamos creído…” y las cabezas de los simples de raciocinio cabeceaban dando muestras de asentimiento, los sergis, los xernanz, las panekes, etc.

¿Votamos? -¡Pues votamos!- Los facciosos arrollaron.


¡Qué grande es la democracia! Y qué suerte que tuvimos todos, el desayuno nos fue de fábula!

A la mañana siguiente, desayunados con dignidad y ahitos, estábamos preparados para enfrentarnos a la ruta y la lluvia que nos aguardaba solo poner el pie en la calle.

Paisaje espléndido y mojado todo el día. Primero hasta Beceite, adonde llegamos al mediodía y en donde tomamos un almuerzo/comida de tapeo, (¡qué setas al ajillo; qué salchichitas; qué tortillazas y qué croquetas!) en el bareto de la plaza de iglesia, que nos dio fuerza para alcanzar los 1266 m. del puerto.


En la subida a la lluvia se le añadió la niebla. Cada uno de nosotros fue subiendo al ritmo que mejor le iba propiciando que nos partiéramos en tres grupos.

En el primero iban, salvauge, canito, berni, alexei lacuevich y el lado masculino del dioni, ¿o era el lado femenino de la paneke? Ahora me he liado. Dioni, amb quin cony de costat vas fer la pujada?

En el segundo, iban juanjo, xarevalo, il professore y el escribiente.

Y en el último, la nena, el placueva, el xernanz, el sergi, el piltrafilla y el xapi, (-“estás muerto“-).


En Fredes, sin ninguna cobertura telefónica, mojados y con frío, nos reunimos los grupos 2 y 3, y después de ir a buscar al primer grupo al principio de la bajada al barranc de l’infern, sin éxito, y otras aventuras, y teniendo en cuenta la hora y el clima, decidimos bajar por carretera hacia el comienzo del pantano de Ulldecona, en donde nos esperaba el autocar, con la esperanza de encontrarlos allí, cosa que sucedió.

En el reencuentro, bromas y alegría, y el aplauso con el que nos homenajeamos por haber acabado todos bien.

Qué bien se está con ropa relativamente seca y sentado en una máquina que se mueve sin pedalear, pensaba en el autocar, coincidiendo con los pensamientos de alguno que otro.

Según lo contado por los que bajaron el barranco, y teniendo en cuenta su nivel bttero alto, durante las dos horas que duró el “paseo” sólo dio para ir montado un 20/30% del recorrido y eso “arriesgando”. Para los de nivel medio creo que deberíamos aplicarnos el tanto por ciento del berni: 0%, o sea, andando todo el rato, o el gateando, sistema que siguió el lado oscuro de la luna, (“si arribo a saber que hi havia aquesta trialera no vinc”).


Corolario


Una vez más perdimos la “conciencia de grupo” haciendo una travesía y no nos reagrupamos al llegar al final del “putocoll” con los peligros que eso conllevaba por la lluvia, la niebla, la hora, y el lugar, desconocido y nada transitado, y además dejamos a uno solo.

ESTO NO LO PODEMOS NI DEBEMOS HACER.